martes, 7 de julio de 2009
Publicado por Ninguno en 17:57 0 comentarios
jueves, 8 de mayo de 2008
DE LO ILUSORIO DE UN LITERATO
Estoy muy contento de que haya decidido
publicar mi libro, pero yo en su lugar hubiese
rechazado el manuscrito. Me hago pasar por conde
polaco, pero yo sé que usted sabe que no soy más
que un pobre diablo que el viento de la contingencia
depositó en este país.
Franz Kafka
Publicado por Ninguno en 9:38 0 comentarios
Etiquetas: literato carrera ilusión
viernes, 4 de abril de 2008
Del teatro
Al estar situada nuestra discusión acerca de la literalidad del teatro bajo el marco del Festival Iberoamericano, no fue necesario desplegar un marco teórico como tal, para darnos cuenta que aquello que estábamos reconociendo abarcaba dos distintas concepciones del teatro.
Aquello que esta persona no concebía como literatura correspondía precisamente al acto de representación. Mientras yo me situaba en una concepción del teatro clásico, pensaba en el Renacimiento, en Shakespeare, Rabelais, incluso en obras escritas sin la intención de ser representadas.
Y, aunque no tengo un sustento teórico real, tampoco puedo pensar de manera clara, el incluir el teatro en la literatura.
Muchas obras de teatro tienen su fuerza precisamente en su corporeidad, en su musicalidad o en su representación. No necesariamente en su palabra. Llamar literatura a todo tipo de teatro sería incluir desde el performance hasta la ópera.
Hace poco vimos LLuvia de Violines, montaje de una compañía francesa. Una representación de 50 minutos cuyo eje principal era una lluvia de personajes suspendidos a más de 10 metros de altura, tocando violines.
Al verla, no pudimos evitar darle un significado a ese entramado de imágenes, música y movimientos que formaron la representación: los bufones tocaban para la realeza, mientras estos oscilaban, sobre el público, entre sus siervos y la muerte. Los bufones celebraban la no- muerte de sus amos. Sin embargo, ni una palabra fue pronunciada, nunca se dijo que eran la realeza. Tal vez fueran sólo aquellos humanos suspendidos como móviles, sabiéndose títeres de una fuerza superior. Aquí lo que cuenta no es lo que significaba, sino su visualización. Causó sensaciones sin necesidad de palabras, eso es cierto.
¿No es lo mismo que arguementaba para la poesía? Sin embargo, la diferencia precisamente está en la palabra, ya sea el significado o la cosa. Es en ella donde probablemente esté situando lo literario. Y ¿qué es lo literario?, ¿qué debe ser esa palabra?
Publicado por Ninguno en 9:58 1 comentarios
Etiquetas: teatro iberoamericano lluvia violines
jueves, 3 de abril de 2008
DE LA POESÍA
Hace poco discutía con alguien acerca de la literalidad de la poesía y del teatro.
Y osándome a hacer una reducción bastante simplista y ficcional, como todo recuerdo lo es, diré que aquella persona afirmaba que ni la poesía, ni el teatro eran literatura y si bien no dejaban de ser arte, no tenían las formas de mímesis de ésta. Sólo la narrativa lograba esta función, la de representar el mundo, aunque no lo argumentaba con el afán totalitario que le pondría Lukács a la novela. Su argumentación partía más de una negación de la poesía y el teatro dentro de las artes literarias, que de la afirmación de la novela, el cuento y el ensayo dentro de tales.
La poesía, decía, es otra cosa, no literatura. Un poeta no es un escritor, es un poeta. Alguien que parte desde su intimidad, no desde una universalidad. A esta cuestión le sumaba su experiencia social y laboral: al lector NO LE GUSTA LA POESÍA. Y aunque podrían existir cientos de ejemplos para negar esta proposición, no podemos negar que en nuestro limitado círculo sucede de esa manera, cualquiera que sea la justificación que le den: no la sé leer, no la entiendo, no puedo hacerle un análisis, no sé de la historiografía de la poesía, etc.
Seguro a muchos el extenso catálogo de Neruda sobre la bastedad natural de América, en su Canto General, no les sea de más agrado que el catálogo de Homero en la Ilíada. Tal vez verán a Neruda de la misma manera que a Argentino Danieri, también con un afán adánico de nombrar, aunque éste lo haga por medio del Aleph.
Sin embargo, pensar un solo tipo de poesía a lo largo de los siglos me parece una generalización innecesaria. Los poetas del siglo de oro no pueden hablar, ni representar de la misma manera como lo hará Hölderlin, o peor aún, de la misma manera que lo hará Haroldo do Campo.
La recepción de la narrativa, no puede funcionar de la misma manera que lo hace la de la poesía. Cuando era niña mi madre me leía Sonatina de Darío. En ese instante sólo sentía las imágenes y los colores del poema. Imaginaba una princesa sentada en su trono, mientras un bufón jugaba alrededor de ella. No podía saber lo que sucedía, ni qué eran las perlas de Ormuz. Sin embargo, esto no era necesario para que me gustara el poema, o para que sintiera sus imágenes, para que me representara una realidad, sin necesidad que fuera de la misma manera que la narrativa lo hacía. Años más tarde no fue necesario entender completamente, en mi precario inglés, The garden of Proserpine, para que me gustara Swinburne, o para que recitara alegremente she walks in beauty like the night, of cloudless… para que me gustara Byron.
Tal vez crea más en una palabra- objeto, una palabra- referente, que en una palabra- significativa. No en balde, he nacido después de las vanguardias, y de la fragmentación y negación de todo. Creo entonces en la posibilidad de la poesía de ser sentencia y no necesariamente reflexión o referente; en la posibilidad que tiene de vaciar de significado y de volver a llenar. En la posibilidad de volver a ser la palabra más fundamental y sintética. Incluso en su posibilidad de ser utilitaria y macabra.
Sin embargo, no niego tampoco esto en la narrativa. Tal vez nos perdimos en creerlos entes separados. ¿Qué importaba antes si cantaba o narraba, no eran la misma cosa?
Publicado por Ninguno en 17:06 0 comentarios
Etiquetas: poesia Byron
miércoles, 19 de septiembre de 2007
No tu nombre, sino tu Silencio.
oh Dios, tan imperfectos todos y tan altivos!! ¿Qué más da quienes somos, quienes pretendemos ser? al fin y al cabo todos, cada uno de nosotros, no es más que la repetición de un ciclo inmenso, o pequeño, qué más da! Al fin y al cabo todos tenemos un mismo objetivo, la muerte. Soy muy mala para los cambios, siempre les huyo, siempre me quedo estática esperándo a que otro o la situación me hagan mover. Y cuando las cosas son ineludibles, entonces no las comprendo de inmediato, no las percibo. ¿Será que percibiré tu ida ?, ¿será que demoraré mucho para darme cuenta que ya no estás y que nunca más vas a estar?, ¿será que me harás falta?. Creo que nunca lo demostré como debía, creo que esto sucede siempre cuando ya se está lejos, sin embargo pude decirte que te quiero y pudiste escucharme, pude asir tu mano y tú la mía, y pude verte ahí dormida, tendida, qué sé yo, ahí. ¿podrías escucharme ahora?, ¿podrías?. Tal vez ni yo misma pueda escucharme. Ves, divago, como siempre. Espero que hoy no sea la despedida, espero que nunca lo sea, aunque no te vea en gran tiempo. Espero no cerrarme como siempre lo hago, espero no callarme. Un último, fuerte abrazo quisiera, después de muxo. ¿Pero qué? el tiempo ha pasado, se ha ido, y mis dedos informes a penas quisieran teclear no tu nombre, sino tu Silencio.
Publicado por Ninguno en 8:24 0 comentarios
viernes, 14 de septiembre de 2007
Tan CeRcA De La MuErTe
Tan CeRcA De La MuErTe
¿Qué sabe uno de la muerte?, ¿qué sabe? Sólo cuando la tenemos cerca, y nos sentimos vulnerados la recordamos y la sentimos latente en cada uno de nuestros pasos, como lo único imprescindible en la vida, como lo único certero y el único objetivo que tiene nuestra existencia. Tal vez todo esto suene muy Heideggeriano, porqué negarlo la influencia está allí, y así mismo su angustia existencialista. El punto es que la cercanía de la muerte nos hace pensarnos nuevamente, nos hace débiles y pequeños ante el universo, como siempre lo hemos sido, pero como nunca lo hemos recocido. Es innegable que ante la cercanía de la muerte todas las ópticas cambian y a pesar de que nos la pasamos día tras día sabiendo lo imprescindible y sabiendo que el tiempo se está yendo, cuando al fin llega quisiéramos tener aún más tiempo. Es la lógica del mundo ¿ no? Ahora sólo nos separa el tiempo, ni siquiera el espacio. Aunque siempre me osé ha criticar todos los ritos, para mí sin sentido, de la religión católica, hoy por fin, al participar en uno de ellos, me di cuenta que para entenderlos hay que vivirlos. Como todo rito, no tiene sentido fuera de su contexto. Puede que no crea que confesándose ante un cura se pueda alcanzar el perdón divino y por el contrario sí es un símbolo de sumisión y humillación si bien no ante Dios sí ante un sistema clerical, pero la idea no es polemizar, algo que sí respeto son las creencias individuales (tal vez muy al estilo de Voltaire pienso que ‘no comparto tus ideas pero daría mi vida por defender el derecho que tienes a expresarlas’, aunque tal vez yo no daría mi vida por ello), el punto es que aunque normalmente vea sin sentido todo este tipo de ritos, hay que experimentarlos para poder hallar en ellos su esencia, para poder entender ese proceso que significa para los creyentes el morir, y cómo por medio de ellos tener una especie de catarsis y poder reconocer lo humano y lo divino en el otro. Los ritos pre- muerte (mortem¿? Nótese lo poco que aprendí en mis clases de Latín con Escalante), como la unción de los enfermos en este caso, sirven para enfrentar lo ineludible, para estar cara a cara con aquello a lo que tanto le tememos, aquello que nos han enseñado a temer. Es constatar cuán vulnerables somos y cómo el tiempo nos va separando uno a uno, es querer asir cada segundo que no aprovechamos, cada Silencio, cada conversación inacabada, es querer asir nuestros dolores y tal vez también nuestras alegrías. Es llorar y descargar la tragedia que como espectadores miramos, es reconocerse en el héroe trágico tan imposible en nuestro mundo moderno, es vencer el miedo que nuestra sociedad infunde al intentar perpetuar la vida hasta sus últimos extremos, al intentar alejarnos más de nuestra única certeza, al intentar hacernos inmortales, hacernos dioses, consumiéndonos unos a otros, creándonos artificialmente para que tarde o temprano seamos el mismo polvo y la misma carroña de siempre, para que la belleza se encuentre en el camino con el cadáver de algún animal y se reconozca en él plenamente.
Publicado por Ninguno en 9:34 0 comentarios
La venganza del vidriero.
Interesante la represalia que pudo tomar el vidriero en el poema en prosa de Baudelaire.
La venganza del vidriero.
Tengo una naturaleza puramente contemplativa, completamente inadecuada para la acción, y, no obstante, bajo un impulso misterioso y desconocido obro algunas veces con una rapidez de la que no me hubiera creído capaz.
En ocasiones, no me atrevo a pasar la puerta de mi casa, temiendo que me encuentre algo inesperado allí dentro. Nunca he sido capaz de mirar una carta sin que pase por lo menos una semana después de haberla recibido, y esperando que durante ella, alguien me dé información sobre dicha carta. Si nadie lo hace, la abro pues las malas noticias siempre son las primeras que llegan.
Hacía dos semanas tenía en mi alma un gusano carcomiéndome y el cual no me había atrevido a liberar. Ya lo he dicho, soy un espíritu negado para la acción. Me conformo con caminar por la ciudad vendiendo mis mercancías, tratar de ser agradable a las personas para que me sigan comprando, y vivir sin mayores concepciones ajenas. Pero ese gusano me impulsaba a actuar, a enloquecer. Lo había evitado durante varios días pero una mañana desperté con la decisión tomada, con el impulso en mis venas. Con determinación. ¿Por qué, por qué, por qué tuve que ceder? Aunque no puedo negar que lo disfruté al máximo y que ese goce de minutos deshizo las furias de mi alma.
Desperté temprano como siempre. Organicé mis mercancías, pero en esta ocasión eran distintas. Mi caja estaba llena de vidrios de colores: vidrios rosados, azules, vidrios mágicos y del paraíso. Allí estaba la vida de color rosa. La vida de color rosa que me habían reclamado.
Llegué a uno de los barrios pobres de Paris. Me detuve ante un edificio, y con cuidado subí sus estrechos seis pisos, evitando que mi mercancía sufriera alguna lesión. Toqué la puerta de un apartamento, y esperé que me abrieran. Vi como la puerta se iba abriendo, y mientras, yo iba sacando una gran cantidad de los vidrios de colores. Apareció ese señor obeso que hacía unas semanas había conocido. Sin darle tiempo para reconocerme, lo saqué de su apartamento, lo empujé hacia las escaleras y lo hice caer mientras le tiraba con furia su anhelada vida de color de rosas. Le lanzaba vidrios rosados, azules. Le lancé más de tres vidrios mágicos, que le dieron en su mágica cabeza, de la cual brotó sangre mágica. Y sin detenerme la gritaba “¡La vida de color de rosa! ¡La vida de color de rosa! ”
Ninguna de las bromas nerviosas están exentas de peligros, y a menudo se pagan caro. Pero ¿qué puede importarle la eternidad de la condena quien ha encontrado en un segundo la infinitud del goce
Publicado por Ninguno en 9:32 0 comentarios
NaDa
NaDa
Quietud, de allí la extensión del universo y del ser. Soledad y tranquilidad existen desde el interior para luego empezar a bifurcarse en creaciones comunidades y excesos. El encuentro de las almas se compara con el choque de las quietudes y con el nacimiento de la movilidad. El silencio es el todo, la palabra es sólo un ala de él. El lenguaje es la prolongación de los pensamientos que a su vez son la prolongación de la nada. Dios, suele pensarse que lo es todo, pero es más conveniente pensar que es la nada, de donde extrañamente empieza a surgir el todo. Del Silencio surgen las voces, la comunicación, el intercambio, los grupos, las emociones y los conflictos. La palabra es la congruencia de las líneas, o mejor, sólo las intersecciones de ellas. Sólo somos puntos dentro de una gran masa de líneas que termina siendo la eternidad, un espacio tan grande que se absorbe a sí mismo, se traga o se devora para seguir siendo Nada.
Publicado por Ninguno en 9:30 0 comentarios
Etiquetas: nada
NaRCiSSuS
NARCISSUS
No conoces a nadie
conoces algunas calles colinas, verjas, resturantes.
Las camareras han cambiado. No me conoces Yo estoy feliz con el otoño las hojas las faldas rojas todo en movimiento Pasé junto a ti en una pared de mármol algún nuevo banco Sangrabas por la boca Ni siquiera sabías en qué estación estábamos.
You don't know anyone/ you know some streets... (Leonard Cohen, flores para Hittler)
Publicado por Ninguno en 9:29 0 comentarios
¿?Por qué NaRcIsO
Porque no hay mejor manera de describir al hombre moderno, no hay mejor manera de describirnos a cada uno de nosotros. Porque aunque el agua se ensucie y la imagen se distorcione seguiremos creyendo en nosotros mismos, seguiremos osando ser autosuficientes, seguiremos creyéndonos todopoderosos y más aún seguiremos olvidando, entre las calles, entre las multitudes, entre la cotidianidad, a cada uno de los individuos que como nosotros se creen únicos y bellos.
¡Quien no sea también Narciso que lance la primera piedra!
Publicado por Ninguno en 9:24 0 comentarios
Etiquetas: narciso